Cómo conservar adecuadamente la ropa médica para que no pierda su forma ni esterilidad
La mayoría de los médicos y enfermeros saben cómo lavar su uniforme, pero casi nadie presta atención a cómo almacenarlo. Sin embargo, el modo de conservación influye directamente en cuánto tiempo la ropa médica mantiene su buen aspecto y funcionalidad sin deterioro.
Lo más importante es asegurarse de que la ropa esté completamente seca antes de guardarla. Incluso una ligera humedad puede crear un ambiente ideal para la aparición de moho y malos olores, algo especialmente relevante durante las épocas cálidas o en condiciones de alta humedad.
El tipo de almacenamiento también es clave. Muchas personas utilizan fundas plásticas o apilan varios conjuntos en estantes, lo que impide una adecuada circulación del aire y hace que los tejidos “se asfixien”. Esto provoca la pérdida de frescura del uniforme e incluso puede darle un tono apagado, aunque esté recién lavado. Lo más recomendable es usar fundas de algodón o colgar la ropa en perchas, en un lugar bien ventilado.
Si el uniforme tiene bordados, logotipos o elementos decorativos, es mejor guardarlo del revés. Así se reduce el roce entre prendas, especialmente si hay varios conjuntos colgados en el mismo armario.
También es importante no mezclar la ropa de trabajo con la ropa de uso diario. De esta manera se mantiene una mejor higiene y se evita que el tejido absorba olores de perfumes, maquillaje u otros productos.
En el caso de equipos médicos grandes, lo ideal es implementar un sistema de almacenamiento separado: taquillas individuales, bolsas personales para el uniforme y un calendario regular de lavado. Estos detalles ayudan a reducir el desorden y mantener una imagen profesional coherente en todo el equipo.
El aspecto profesional no depende únicamente de la compra de ropa adecuada, sino también de cómo se cuida y se conserva día a día. Estos pequeños hábitos hacen la diferencia y contribuyen a mantener una sensación constante de limpieza, frescura y confianza.
